En una recorrida por el Museo de Cera de la cercana ciudad Sanjuanina de Marquesado nos encontramos con esta rareza. Obviamente el autor exagero con la belleza, es evidente que una persona de carne hueso no puede ser TAN HERMOSA.
Como corresponde, le pague un adelanto al dueño de tan magistral obra y la proxima vez me la traigo para mi mesita de luz. Aunque es a escala real, asi que mejor la meto en mi cama.
Y si, obvio, al ser de cera es imposible comentar.
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